La habitación se desordenó, otra vez decidí escribir en vez
de ordenar la casa. Y puse música, de esa que me gusta a mi, de esa que logre
que te guste a vos, con el tiempo.
Mi cabeza se desordenó otra vez, y esta vez escribo y trato
por lo menos de ser ordenado acá, en mi mundo de letras del Word .
Hoy está medio
nublado y tu taza de café sigue en a cocina, como la dejaste anoche, tomamos un
café después de ‘revolcarnos’ por toda la casa, como decís vos. Del verbo ‘revolcar’,
sí, por que se que para vos no fue tan importante, duele reconocerlo, pero yo,
yo te amé toda la noche, y créeme cuando te digo que me desvelé amándote. Tendía
que limpiar, tendría que meditar, tendía que bañarme y limpiar mi cuerpo de
vos, del día anterior y de tus caricias, pero antes quiero decirte, o decirme
mejor dicho, por que se que nunca me vas a leer, nunca te gustaron las cursilerías
mías , siempre leíste novelas de suspeso , en fin, quiero decirte que te odio
tanto. En mi cabeza, jugas al ajedrez , yo siempre pierdo, y vos me ganas
tanto, no te das una idéa de cómo me ganas, como esa vez que te conectaste y me
dedicaste una canción, ¿te acordás? Y después
te desconectaste, no te vi por una semana y media., como de costumbre. Desapareciste
del mapa como siempre lo haces. Y cuando haces esas cosas logras que me resfríe
, que me enferme, que vomite, que tome pastillas para dormir. Y después re surgís
, como un ángel , y me necesitas . Sos un histérico… y yo te amo tanto. Yo
también soy histérico, será por eso que me gustas tanto, será por eso que
estamos destinados a padecernos el uno al otro.
Somos dos enfermos , y nos necesitamos . Nos hacemos tan
bien , somos nuestra morfina y tu café sigue ahí, esperando que vuelvas y que
te lo tomes, si queres puedo calentarlo. Y esperar que vuelvas. Podría ordenar ahora, dicen que una casa
ordenada, equivale a una mente ordenada. Son putas mentiras, mi casa siempre
está ordenada, con incienso , con música, con todos mis libros acomodados y los
cd’s apilados. Mi cabeza la mayoría del tiempo es un desastre, cuando vos volves
, y te vas, se desordena , como mi pieza, cuando nos revolvamos por la casa o
cuando tomás café y lo dejas ahí. O cuando te prendes un cigarro y lo apagas en
el cenicero.
Lo apagas en mi pecho,
y te vas, y me desordenas. Otra vez